—Lo más probable es que salga en un ratito.
A uno de los mecánicos del taller de Castelar de TBA, con más de veinte años de experiencia, se le traba la voz cuando tiene que reconocer que no puede hacer todas las tareas de mantenimiento necesarias para garantizar la seguridad esencial de las formaciones. “Si no lo arreglo con lo que tengo me sancionan, y no puedo perder mi trabajo, vivo de esto”, confiesa, mientras ensaya sobre las razones técnicas que desencadenaron la tragedia: “una pérdida de aire en el sistema de compresión, vital para hacer funcionar los frenos”, analiza.
Son las 18 del jueves, el sol empieza a perderse entre los rieles oxidados y con él, se apaga el terrible calor del galpón donde se revisan y reparan los trenes que transportan miles de pasajeros por día del Ferrocarril Sarmiento. Allí, en medio de piezas obsoletas de hace cinco décadas desparramadas por el piso, goteras de agua, algunos matafuegos sin carga y casi ninguna norma de seguridad a la vista, se construye una escena que recuerda a una película de terror. Sin exagerar.
Se trata del mismo taller donde la noche anterior al accidente que le quitó la vida a 51 personas y dejó más de 700 heridos se habría revisado la seguridad de los frenos del tren que, en una nefasta paradoja, no pudo frenar antes de chocar.
1 comentario:
che estos son los trenes que arreglan en talleres?y por que permiten que salgan en esas condiciones?y ustedes justamente vienen a decir que quieren un ferrocarril en manos de los trabajadores?que payasos que son por dios,POLLO HIJO DE PUTA NO DEJES QUE SALGAN LOS TRENES QUE ESTAN ASI Y LISTO CORNUDO DE MIERDA
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